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domingo, 8 de octubre de 2017

La autopsia de Jane Doe, d'André Øvredal

Hacía mucho tiempo que no experimentaba aquel miedo que te recorre por todo el cuerpo, se instala cómodamente y va creciendo poco a poco. Cada vez se apodera más de ti. Esperas el susto, el salto que hará que toda esa angustia caiga al suelo para empezar de cero. Vuelta a la casilla de salida.

No es el miedo de las películas llenas de efectos sonoros y monstruos horripilantes, no es un miedo visual. Es aquel de los buenos libros de terror. Aquellos libros que quieres cerrar porque no los podrías leer tapándote los ojos, los que Joey Tribianni confinaría en su congelador. Desde que leí "Cementerio de animales" de Stephen King que no lo pasaba tan mal.

La primera parte de "La autopsia de Jane Doe" es pura narrativa del miedo. Nada de lo que aparece en pantalla es especialmente terrorífico. Estamos acostumbrados a las autopsias y cadáveres que aparecen constantemente en las series policíacas. Es un proceso conocido: examen externo, abrir el cadáver, sacar los órganos... Pero desde que el cadáver níveo e inmaculado de la Jane Doe protagonista es depositada en la camilla el espectador empieza a sufrir.

Los constantes planos cortos, cortísimos, son incesantes, no dejan de aumentar el nivel de alerta, angustia y estrés. ¿Se moverá, cerrará los ojos, articulará palabra? Nada ocurre. Los forenses siguen con su autopsia y lo que van encontrando en la pobre Jane es tan estremecedor como el ambiente que se genera. ¡Me pasé la mitad de la película con las manos en la cara! 

Por suerte para mí porque ya estaba al borde del ataque de nervios, la película se complementa con una segunda parte que responde al clásico del cine de terror: venga a correr por los pasillos de la morgue, puertas que se abren y sustos por doquier.

¡Qué mal y qué bien lo pasé! Lástima que no puediera verla el año pasado en el Festival de Sitges... No me extraña que el Jurado le otorgara el Premio Especial. "La autopsia de Jane Doe" es un peliculón, aunque mejor disfrutarla en compañía...


viernes, 6 de octubre de 2017

"Blade Runner 2049", de Dennis Villeneuve

¡Qué manía la de secuenciar obras maestras del cine! 
Como siempre que veo una secuela de una de estas películas voy con el prejuicio que va a ser el horror. Por si acaso, que luego me llevo unos disgustos de corte de digestión. Más vale prevenir. No sé si la edad me está amargando o qué.
Sólo hace unas horas que he asistido al estreno de "Blade Runner 2049" y aún no se han asentado todas las sensaciones que me ha provocado su visionado. Hay que ser muy valiente (o un completo inconsciente) para atreverse con la secuela de una de las películas más míticas de la historia del cine, que vive de la nostalgia más enraizada.

Aunque esta vez iba con la ilusión subida por culpa de Dennis Villeneuve (aún no he visto nada suyo que no me haya encantado), de Hampton Fancher que repite como guionista y de Ridley Scott que sigue ligado al producto como productor. Me recuerdo a mí misma que estas razones son papel mojado, véase "Indiana Jones y la calavera de cristal". Pero lo apuesto todo asegurando el tiro asistiendo al pase matinal de la sala Phenomena. Con todos estos elementos nada podía salir mal.

Y no me puedo quejar. Creo que el primer acierto de la película es que no pretende ponerse al nivel de la obra maestra a la que sucede, o a mí me ha dado esa sensación. Estira el hilo de la historia de una manera muy sencilla, pero con grandes toques de lirismo, sin entrever ostentación ni pretenciosidad.
Un toque de originalidad le habría venido muy bien a la narración. ¿Por qué la épica tiene que girar siempre en torno a los orígenes míticos y las profecías sobre elegidos? Algún giro argumental, por favor, que la única sorpresa de la trama es previsible para los que tengáis bagaje y los ojos bien abiertos. 

Respecto al abanico de personajes y actores, menuda elección la de Ryan Gosling como replicante. No podría ser más acertada, sus dotes para mantener la expresión facial completamente congelada y aun así conseguir transmitir emoción con una mínima contracción muscular son heroicas. 
Qué descubrimiento para mí el de Ana de Armas. Por fin conozco la razón de su perfección simétrica y me cuadra. Sólo podía ser resultado de la más avanzada tecnología holográfica. Tiene guasa que ella parezca infítamente más humana que Gosling, ¿pero qué compañero de reparto no parece más humano que Gosling?
De Jared Leto sólo puedo decir que hace de Jared Leto, no sé por qué en los créditos no han puesto "as himself".
El clímax se hace con la aparición de Harrison Ford, te llena el pecho de orgullo bien llevado. Durante la conversación que mantiene con Gosling se hace patente la diferencia entre uno y otro. Mientras Gosling es pura hierática, con Ford casi  me ha dado un vahído con cada latido de su vena yugular izquierda, qué plano... La aparición del agente Deckard es el punto más alto de la película y donde empieza a caer porque todos, absolutamente todos estamos esperando ese momento y una vez ya ha ocurrido empiezas a plantearte cuantos de los 163 minutos que dura la película, habrán transcurrido ya.

Si habéis llegado hasta aquí, quizá podríais decir "pues para no quejarte..." La verdad es que no me quejo, "Blade Runner 2049" es digna sucesora, pero no supera a la original como he leído a algunos exaltados. El buen hacer de Villeneuve y del director de fotografía Roger Deakins (¡Esos planos de la nuca de Gosling con el mismo corte de pelo mojado que el de Ford!) crean un escenario elegante, deslumbrante, plagado de ambientes nebulosos anaranjados y frías escenas lluviosas. Una atmósfera más que propicia para que Villeneuve continúe con la estela reflexiva y filosófica sobre la naturaleza y la comunicación humana de "La llegada".
Otro de los elementos que favorecen la quietud meditabunda de la película es la banda sonora de Hans Zimmer, que eleva a otro nivel el sintentizador de Vangelis y con toques de brutalidad cacofónica que pondrán a prueba el sistema de sonido del cine.

Aplaudo "Blade Runner 2049" sin histrionismos porque sabe deshacerse sin agravios del pesado legado original pero con conseguidos y
constantes regresos a él. Es la Blade Runner de Scott pero no puede ser más Villeneuve. La volveré a ver en pantalla grande, sin duda.

martes, 10 de enero de 2017

"La Llegada", de Denis Villeneuve


Visionada el 9/1/2017, en el Cine Verdi Park de Barcelona.

Tengo una especial predilección por las lenguas, el vocabulario, la ortografía, la sintaxis… Mis amigos soportan las constantes correcciones sufridas porque también tengo cosas buenas, pero en este tema soy picajosa. Así que cuando supe del estreno de la película “La Llegada” no dudé un momento en ir a verla porque está protagonizada por una lingüista (Amy Adams) que es contratada por el ejército de los Estados Unidos para aprender a comunicarse con unos extraterrestres recién llegados a la Tierra y averiguar cuáles son sus intenciones.

Hasta ahí bien, pero qué sorpresa encontrarse con una película de ciencia ficción (otra de mis pasiones) que, más allá de interesarse por los extraterrestres como amenaza, se centra en la percepción del tiempo vivido y las relaciones que establecemos con nuestros semejantes. A medida que transcurría la película no paraban de llegarme a la cabeza ejemplos afines a ella, como “Contact” (protagonista femenina y académica, ¡oh milagro!), “Origen” (diferentes dimensiones temporales) y “El árbol de la vida” (la cadencia, los planos, la fotografía y el elemento filosófico).

El equilibro entre las convenciones clásicas de la ciencia ficción (suspense, tensión, un puntito de terror) y las hipótesis sobre el lenguaje y cómo éste condiciona la forma de relacionarnos, es delicioso. Me parece excepcional mezclar aliens que parecen pulpos y se comunican con chorros de tinta, con la relatividad lingüística y la hipótesis de Sapir-Whorf, ¡y que el resultado funcione!

La única pega que le pondría es que hacia el final de la película se hace más que evidente la moraleja dando importancia a una subtrama argumental (presente durante toda la película) en forma de tragedia familiar,  que enfatiza el mensaje de tolerancia entre los pueblos, blá, blá, blá. Para mí era absolutamente innecesario ya que se desprende por sí solo sin necesidad de que gane tanto terreno.
Aun así, me parece una película deliciosa.


lunes, 29 de noviembre de 2010

ES UNA METAFORAAAAA

Me encanta el cine y quizá sea por eso que necesito unas condiciones específicas para poder disfrutarlo. Bueno, al principio eran unas condiciones específicas, ahora son unas pedazo de manías de “mírame y no me toques”: que no haya mucha gente en la sala (diez personas empiezan a ser muchas), que nadie haga el más mínimo ruido (tragar saliva ya es molesto), es imperativo no hablar ni tan siquiera en los anuncios, que la película sea en versión original para no reconocer a todos los actores de doblaje...
Así que con el listón tan alto os podréis imaginar que voy poco al cine, exclusivamente en sesión matinal o entre semana por la tarde y cuando la película ya hace un tiempo que se ha estrenado.

Los festivales son el único evento en que rebajo un poco mis manías y claudico ante la situación. Bueno, y en la Filmoteca también y en los estrenos de Harry Potter, que voy a lo kamikaze la noche del estreno y en versión doblada (Vade Retro, Satanás). Como soy tan poco agradecida para ir en compañía al cine, sólo me acompaña elAbogado y de tanto en tanto algún amigo cinéfilo chalado como yo que sea habitual de la cinematografía vietnamito-camboyana o similares.

Entre mis géneros favoritos está el de terror: el Festival de Sitges es un habitual en mi calendario, pero también lo es el Festival de las Cotxeres de Sants, otro nivel entre los festivales cinéfilos. Y digo otro nivel porque si no habéis ido nunca no sabéis lo que es un festival de terror de los auténticos.
La primera vez que fui, hará ya unos cinco o seis años, acompañé a un amigo al que habían dejado colgado y que me dio mucha lástima (para qué nos vamos a engañar) y con la excusa del binomio festival + terror, me ganó. Cuál fue mi sorpresa, al leer el programa de la sala vídeo, que lo que íbamos a visionar era cine del malo, pero del muy malo. Toda una maratón de películas de terror de serie z, horrorosas.
No me podía creer que aquello se fuera a llenar, pero se llenó. Después llego la segunda sorpresa cuando justo antes de empezar la película, la gente comenzó a proferir insultos y demás galanterías a grito pelado al pobre chaval que ponía las cintas. Pero la cosa no se quedó ahí, fue imposible escuchar ni un sólo diálogo del largometraje porque el público no paraba de gritar a la película en general. Ahí fue cuando me dí cuenta de que el Festival de Terror de Les Cotxeres de Sants no va de ir a ver pelis sino de ir a gritar el mejor improperio a las pelis que te ponen.


La primera media hora flipé, pero en el minuto 31 ya estaba chillando con toda la manada. No sé si serán las películas o el ambiente pero no te puedes resistir. Y ya me podéis imaginar chillando frases de lo peor al que había hecho la peli, al que la había pensado y al que había puesto la pasta, a los horrorosos actores, a los personajes y a todo el que pasara por ahí.
Entre los gritos más clásicos están: “¡No lo entiendoooo!” a lo que un segundo te responde “Es una metáforaaaaa!”; o en cuanto sale una mujer todo el mundo grita “!Fóllatelaaaaa!” (sin ningún sentido, es automático); cuando un niño presencia algo horrible la consigna a vociferar es “!Traaaumaaaa, traaaaaumaaaaa!”; y así hasta el fin.
Cada película genera sus propios gritos, por ejemplo uno de los mejores lo escuché en la peli sorpresa de este año Commando (no hase falta que tú dises nada más) que se profirió a Schwarzzeneger advirtiéndole sobre el villano de la historia, con un asombroso parecido a Freddy Mercury: “!Cuidado, que tiene el SIDA!

En las convocatorias siguientes no encontré a nadie que quisiera acompañarme (es lo malo de ser la más friki de un grupo de amigos), pero este año me acompañó el Gran Bravecoast que también flipó y luego se desmadró, como pasa con todos los novatillos. Y tan bien lo pasamos, que sembramos la semilla de la envidia entre algunos biblio-compañeros (uno de los gremios más frikis, sino el que más). Os recomiendo que leáis su crónica sobre el maratón (aunque os haya parecido un acto deleznable al que no asistiríais nunca) porque es genial y que os paséis por el blog del festival.

Y para muestra de la genialidad que impregna todo lo que rodea a este festival, un vídeo-promo absolutamente maravilloso y que explica toda la esencia de las Cotxeras.


lunes, 6 de julio de 2009

La fiesta del cine: Corazón de tinta y ¿Hacemos una porno?

Hace unas semanas nos enteramos de la existencia de La Fiesta del Cine un evento cuyo objetivo era intentar incrementar la asistencia de los espectadores a las salas de cine.
elAbogado y yo solemos ir con regularidad al cine y somos asíduos del videoclub, pero al precio que están ahora las entradas sólo vemos aquellas pelis de las que estamos muy muy seguros.
Con esta promoción realmente te podías plantear ir a ver cualquier cosa (elAbogado y el Chamo querían que fuéramos a ver Terminator 4, pero vamos hasta ahí ya no...).
No sé si os llegasteis a enterar, la cuestión era ir al cine el domingo 21 de junio y con la entrada a precio normal te entregaban un pasaporte. Con ese pasaporte podías ver cualquier película en cualquiera de los cines adheridos por 2 euros, eso sí, tenía que ser el lunes y martes siguientes.
Esto nos tocó un poco la moral porque claro lunes y martes trabajamos, pero al menos nos pudimos marcar una peli por la noche. Las pelis que fuimos a ver fueron:

Corazón de tinta es la primera adaptación de la trilogía creada por Cornelia Funke y sigue la estela de adaptaciones cinematográficas de grandes éxitos recientes de la literatura infantil y juvenil. Debo decir que la trilogía me encantó cuando la leí, el primer libro en concreto me enganchó en las cinco primeras páginas y ya no pude dejarlo, así que acudí al cine con grandes expectativas, peeerooo la decepción no fue suprema como la que me llevé con la adaptación de La Brújula Dorada.
Todo en la película Corazón de tinta es correcto, pero le falta algo y no sé qué es. Visualmente es preciosa, los efectos no están nada mal, los actores también, aunque cabe destacar a Helen Mirren y a Paul Bettany que están grandiosos. Pero parecía que le faltaba intensidad, alma o no sé. A mitad de la película me di cuenta que estaba pensando en otra cosa, y eso que el argumento es un no parar, para eso es una historia de aventuras y fantasía y encima gira alrededor de los libros y la lectura.
Quizá en la siguiente entrega se esfuercen más, pero no os penséis que es tan horrible, se puede ver, pero os decepcionará si os habéis leído el libro. Si no os lo habéis leído, ¡leedlo que es muy bueno!

Y gracias al pasaporte que nos proporcionó Corazón de tinta, el lunes por la noche nos fuimos a ver ¿Hacemos una porno? el regreso de Kevin Smith a la gran pantalla.
Los problemas económicos de la pareja protagonista, que son amigos y sólo amigos, les llevan a plantearse rodar una porno juntos de lo más freak y forrarse colgándola en internet. Después de tropezarse con unos cuantos obstáculos deciden filmarla en la cafetería donde trabaja él mientras el establecimiento está cerrado (hasta aquí esto podría ser el relato de cómo Kevin Smith rodó Clerks).
Hasta aquí me reí de lo lindo y creí vislumbrar al genial Smith de Clerks, pero todo se fue al traste cuando introdujo el elemento "comedia romántica" y me encontré de frente con el Smith de Una chica de Jersey (con JLO).
Y me dio mucha rabia porque la peli estaba discurriendo muy bien con diálogos irónicos, referencias a la cultura cinematográfica y comiquera de los noventa (pobres adolescentes actuales con referentes como CR7...) y la recuperación de la genial Traci Lords.
Te echas unas buenas risas para luego meterte con calzador un final romanticón y meloso que pondría malo a cualquier diabético. Se puede ver, pero menos mal que sólo pagamos 2 euros...

sábado, 14 de junio de 2008

La camarera

Ayer pude ver la película La camarera, obra póstuma de la polifácetica Adriene Shelly. Ya hace tiempo, cuando me enteré de su rodaje, supe que tarde o temprano la acabaría viendo porque la característica principal de su personaje protagonista es su gran habilidad para hacer tartas, los famosos pies americanos. Los que me conocéis sabéis de mi pasión por la cocina, así que yo era una espectadora segura.

Esta es una película que se ha visto "beneficiada" por la trágica historia de su guionista y directora Adrienne Shelly que fue asesinada antes de poder ver su obra estren
ada en los cines. Beneficiada porque, como bien les gusta a los mass media americanos, ¿qué hay más dulzón que un crimen cruel y sin sentido para llenar minutos de televisión y páginas de periódicos? Poco. Y si de las personas que acaban de morir siempre hablamos bien. De las creaciones de las personas que acaban de morir, que son casi sus propios hijos, ¿cómo íbamos a hablar? Pues ahí reside el beneficio. La camarera se ha visto agasajada y adulada por la crítica y el público norteamericano y aunque es una película correcta, no responde al talento y cualidades artísticas de su directora.

Jenna trabaja en Joe's Pie Shop un típico dinner americano donde su carta está compuesta casi únicamente por "pies", salados y dulces. Hasta veintisiete variedades, se nos cuenta en la película. Jenna se inventa una variedad todos los días y la mayoría de sus creaciones se inspiran en hechos que ocurren en su vida. Así uno de sus pies más novedosos es Bad Baby Pie y se basa en la desesperación que siente al enterarse que está embarazada de su odioso marido, Earl. En realidad el nombre del pie era I don't want Earl's Baby Pie, pero lo cambiaron para poder escribirlo en el menú.

Esta acidez e ironía es lo que salva a La camarera. De no ser por estos mordiscos cítricos y con un poco de cayena, temas tan manidos como la infelicidad conyugal y la soledad hundirían la película en el soponcio más profundo. Así el guión parece discurrir por dos caminos bien distintos, uno donde somos testigos de la depresión por la que atraviesa la protagonista y otro que se trenza con el primero que aporta el toque de color y diversión a una película (que podría muy bien situarse en la corriente del girl power de finales de los ochenta) que no os hará ningún daño ver una tarde lluviosa de fin de semana, ya que entretiene y puede resultar divertida, pero que tampoco marcará un antes y un después en la producción de Adrienne Shelly.

Eso sí todos los que estéis a régimen, como yo, si no tenéis una gran fuerza de voluntad, apuntárosla para cuando hayáis finalizado vuestro celibato gastronómico o entonces sí que os supondrá una auténtica tortura. Y por último os pongo la canción de la película, que sí es excepcional: una maravillosa "gastro-nana" que con sólo escuchar a Keri Russel cantarla mientras cocina me han entrado ganas de tener un bebé para cantársela también. A ver si os gusta... Y ya probaréis alguna receta de pie de la película que cocinaré bien pronto...

martes, 15 de enero de 2008

Soy leyenda, de Richard Matheson

Imaginaos un día, por la mañana, en la cama, abriendo los ojos. No tenéis que ir a trabajar. Podéis hacer lo que queráis porque no hay nadie más en vuestra ciudad. Sois el último ser humano sobre la faz de la tierra. Las calles están desiertas. No circulan coches ni autobuses ni metro. Nada. Pero cuidado, podéis hacer lo que queráis hasta que llegue el atardecer. Entonces la situación obliga a salir pitando hacia casa, atrincherarse dentro e intentar sobrevivir a los ataques de los vampiros y a los tormentos de la mente.

Este es el planteamiento inicial de la novela Soy leyenda de Richard Matheson. Robert Neville es el último humano en el mundo después de una plaga que ha matado a la mayoría de personas y lo que es peor, si han sobrevivido a la enfermedad ésta les ha mutado en vampiros. Aislado en su casa pasa los días matando con estacas a los vampiros que se refugian del sol, recogiendo víveres y mejorando el atrincheramiento de su vivienda, que es atacada todas las noches por los nosferatus locos por hacerse con su sangre. Cuando estos ataques se producen, Neville se refugia en la música clásica y en el whisky, que lo transportan a los recuerdos familiares cuando la plaga parecía únicamente una gripe muy generalizada.

Aunque pueda parecer un libro de terror para mí es una afirmación lejana a la realidad. Este es un libro sobre la locura y la diferencia. El terror psicológico que produce la soledad absoluta al protagonista sumado al terror de que cualquier noche los vampiros consigan entrar en su casa ya es tremendo. Pues añadid también el dolor de los recuerdos de su vida anterior. Aun así Neville se adapta a su nueva situación y empieza a investigar el por qué de la enfermedad y cómo combartirla, enfrentándose con la ciencia a la superstición del mito vampírico.

La narración de la historia es transparente, eficaz y ágil, explicando al lector sólo lo que necesita saber valiéndose de flashbacks y de saltos en el tiempo y contemplar la evolución del protagonista y de sus enemigos, en una darwiniana adaptación de las especies, convirtiendo en leyenda a Neville. El final de la novela es especialmente conmovedor y te deja con ganas de voler a la primera página y volver a empezar la lectura.

Aprovechando que el estreno de la película basada en la novela es aún reciente es más que fácil encontrar la edición de bolsillo de Booket, aunque recomiendo cien mil veces más la de Minotauro. Y hablando de la película, hace unas tres semanas fui a verla y ya advierto que sí comparáis la película con el libro os decepcionará. Por eso recomiendo no hacerlo porque en el fondo son dos ejercicios creativos diferentes siempre y este es un claro ejemplo.

El Robert Neville de Will Smith es muy diferente del trazado por Richard Matheson. El Neville de papel no es heroico, todos sus actos son pura supervivencia. El Neville de fotograma es un héroe americano al 100% que por propia voluntad se somete a la "convivencia" con los vampiros para así descubrir la causa de la enfermedad, ya que sólo él puede hacerlo.
Con un protagonista tan radicalmente diferente, la trama tampoco podría ser más dispar. Siendo una película entretenida, con unos efectos visuales impresionantes que convierten a la ciudad de Nueva York (y casi en concreto a Washington Square) en un personaje protagonista más, creo que es un error renunciar a toda la carga psicológica de la novela en favor de un terror que tampoco es tal, ya que los vampiros no dan mucho miedo.
Lo más demoledor, la perra. La perra que acompaña al Neville de Will Smith y la relación que establecen entre ambos.

Este próximo fin de semana haceros con la novela, en un par de noches la tenéis más que leída y el domingo por la tarde ved la peli y luego comentamos.

MATHESON, Richard. Soy leyenda. Barcelona: Minotauro, 2007. 179 páginas. ISBN 978-84-450-7663-7.

Soy leyenda. 2007 USA - DIR: Francis Lawrence INT: Will Smith, Dash Mihok, Alice Braga.

jueves, 13 de diciembre de 2007

La ganadora

Crió a diez hijos con sólo veinticinco palabras... o menos. Esta es la coletilla de subtítulo de la película La ganadora que se puede encontrar sólo en DVD ya que su poco éxito comercial la catapultó fuera de las salas de estreno.

La película cuenta la historia real de Evelyn Ryan, una ama de casa típica de finales de los años 50 que tiene 10 hijos a los que mantener y un marido amargado y deprimido por su presente que se gasta el suelo en alcohol. Ante tal panorama, la protagonista explota su pasión, la escritura, presentándose a concursos de pareados y canciones para anuncios de productos alimentarios y de limpieza.

Su habilidad es tan talentosa que gana la mayoría de concursos a los que se presenta, recibiendo premios que luego canjea vendiéndolos y así compensar el derroche de su marido en el alcohol.

Aunque personalmente la película me gustó, sobretodo por Julianne Moore que su presencia casi garantiza la calidad del ejercicio en cuestión, la película adolece de un esquema tan rígido que el espectador no se sorprende ante nada: el marido se gasta el dinero, la familia vive una situación crítica, la madre gana un premio importante y la situación se normaliza. Este planteamiento hace que la película sea demasiado amable, llegando casi al límite del telefilm típico americano, añadiendo el hecho de que se basa en una historia real (si no sería completamente inverosímil).

Aún así los espectadores más vistos podrán detectar que plantea el esperítu revolucionario de aquellas amas de casa relegadas al anonimato y a la inutilidad de la sociedad machista de la época y que aún así lograban sacar a delante a sus familias con ingenio, optimismo y poquísimo dinero. Lástima que sólo en los encuentros de las amas de casas concursantes se respire este ambiente reivindicativo, que por cierto, Julianne Moore ya interpretó en personajes de películas como Las horas o Lejos del cielo.

La puesta en escena así como la caracterización de los personajes de la época (casi parecen salidos de revistas de los años 50), las explicaciones del personaje de Moore (narrador externo de la historia) que hace directamente a la cámara, sobre cómo funcionaban los concursos de jingles, hacen que la película sea muy creíble y fácil de ver. Pero el hecho que en ningún momento se incline de forma evidente por el drama y tampoco por la comedia hace que en su totalidad sea una película irregular, que salva la interpretación de Julianne Moore.

2005 USA - The prize winner of Defiance, Ohio. DIR: Jane Anderson. INT: Ellary Porterfield, Michael Seater, Erik Knudsen, Julianne Moore, Woody Harrelson, Laura Dern, Robert Clarke, Trevor Morgan.

martes, 16 de octubre de 2007

El orfanato, de J.A.Bayona

Como en mi propia película de terror me dispuse a ir al cine el 12 de octubre, día festivo, y a la sesión de las 8 de la tarde. Algo muy impropio en mí que no salgo de las sesiones matinales del sábado y del domingo en cines vo, no sea que me encuentre con más de 4 personas en la sala de proyección. Pero todo por quedar con mi hermana mayor... Y no es de extrañar que la ópera prima de J.A.Bayona ya sea la película española más vista del año (aunque no era muy difícil de conseguir, pero vaya...) porque sólo con las colas que había en el cine Bosque de Barcelona ya se rompía el récord.

Y ese éxito es el resultado de la conjugación de diversos elementos conjugados a la perfección. A saber, artesanía en la producción con unos decorados y puesta en escena especialmente cuidados, en el casting actoral con una notable Belén Rueda que desenvuelve una arrolladora fuerza interpretativa y un plantel de secundarios sobresalientes, destacando especialmente a Montserrat Carulla y al niño Roger Príncep; talento en la dirección del novel J.A.Bayona y en la dirección artísitica y de fotografía de Josep Rossell y Óscar Faura; y una acertada visión empresarial por parte de los equipos de promoción que han sabido sacarle el jugo a los medios de comunicación y al hecho que la película sea la escogida para representar a España en los Oscar.
Cuántos buenos largometrajes se quedan en el camino por no ser debidamente difundidos en el mercado audiovisual...


El orfanato nos ha sido presentada como una película de terror al uso en versión española. Pero el film va más allá. Es una fábula espejo de los niños perdidos de Peter Pan, perdidos por la injusticia del mundo de los adultos que no comprenden y al que no pueden integrarse. El conflicto surge cuando el mundo de los niños perdidos y el de los adultos colisiona, y es que los adultos tampoco comprenden los juegos de los niños, que les causa terror y angustia y que no se pueden ingnorar, hay que jugar. Y si no que se lo pregunten al personaje de Belén Rueda que ha integrarse en ese mundo de fantasía, que para ella es real así como para los niños.

Esa mezcolanza de lo real y lo fantástico es lo que lleva a muchos a comparar El orfanato con Los otros de Alejandro Amenábar y con Frágiles de Jaume Balagueró. Yo creo que tiene mucho más que ver con la película de Balagueró al contar también con la revolución de esos niños que no han sido tratados como debieran y eso ha hecho que se queden anclados esperando a alguien que comprenda, que crea y los libere.


Sin ser una obra maestra (el principio es algo forzado para poder sentar los cimientos de la historia), este cuento de miedo tiene la virtud de mantener al espectador en vilo, con pequeños guiños cómicos, alejándose de las trampas más propias de Amenábar, sin forzar una banda sonora terrorífica y provocando sustos auténticos. Y con un final redondo, cerrado, sin estar demasiado mascado, que hay que reflexionar, triste, pero coherente.
Habrá que ver el recorrido de Bayona y esperar a su segunda película, aunque no me gustaría estar en su piel, menudo listón más alto se ha colocado.

2007 España - El orfanato - DIR: Juan Antonio Bayona INT: Andrés Gertrudix, Fernando Cayo, Geraldine Chaplin, Montserrat Carulla, Mabel Rivera, Belén Rueda, Roger Príncep.

lunes, 15 de octubre de 2007

Halloween, de Rob Zombie

Este fin de semana me he desplazado hasta Sitges por la ya mítica carretera de las curvas para asistir a la clausura del Festival Internacional de Cinema de Catalunya.

Sitges siempre ha sido un pueblo fetiche para mí por la cantidad de veces que fui en mi infancia para bañarme en la playa, por eso ha sido interesante poder ver la población invadida por fans del cine fantástico y de terror vestidos como sus héroes-monstruos preferidos y auténticos cinéfilos comprando ingentes cantidades de carteles de cine en alguno de los muchos tenderetes que podías encontrarte en el paseo marítimo. En los cines que formaban parte del festival siempre había colas. 1 hora antes de que empezasen las proyecciones ya había muchas personas esperando para entrar. Pero no importaba porque el abiente era muy bueno, sin botellones, sin gente dispuesta a romper fiestas y con educación y civilización, aunque pueda parecer extraño entre King Kong, Freddy y demás fauna noctura y de terror. Lo único que me quedó por saber fue si la cantidad de gatos que hay en la ciudad es autóctona o eran extras instalados por el festival...

Mítica i tópica postal de Sitges

Cinema a la fresca en los Jardines Retiro

La película que fui a ver fue Halloween, una revisión del clásico de finales de los setenta con el malo malísimo Mike Myers como protagonista. En esta ocasión no es un remake al uso, ya que así como en la película original de John Carpenter podemos asistir al acoso y masacre que sufren un grupo de chicas durante la noche de Halloween en su pueblo por parte de un antiguo vecino acabado de escapar de un psiquiátrico, en la revisión dirigida por Rob Zombie asistimos a la evolución de Mike Myers como persona y asesino desde su más tierna infancia.

Conocemos a su madre, a su padrastro y a una sus hermanas, una de ellas, que en ese momento aún es un bebé, será perseguida y buscada por Myers cuando se escapa del centro psiquiátrico. Es interesante poder ver esta especie de documental de ficción sobre otra ficción, y analizar las relaciones del pequeño Mikey con los animales, su familia y su psiquiatra. Muy constructivo. Como en la película original, y a mi modo de ver como homenaje, Rob Zombie también utiliza el plano subjetivo de vez en cuando para que a los espectadores nos sea más fácil participar del terror que sufren las víctimas por parte del hombre enmascarado.

Los actores de la película Ken Foree y Kristina Klebe que estuvieron en la proyección de la película y que la presentaron a un recinto lleno a rebosar de fans del género que aplaudieron cada palabra que pronunciaron, así como cada secuencia, personaje del largometraje que ya aparecía en la película anterior. Fue una auténtica experiencia ver una película rodeada de cientos de fans. Muy interesante. No os la perdáis.

domingo, 26 de agosto de 2007

Paris, je t'aime

18 directores, el amor y París son los ingredientes de este producto colectivo que tiene como escenario la ciudad más romántica del mundo y es que según su distribuidora en París el amor está en todas partes, en sus calles, en sus cafés, bajo la Torre Eiffel e incluso en el metro.

En esta película también el amor está en todas partes y aunque el espectador pueda pensar que la ciudad es un personaje más de estas películas en realidad es un mero es
cenario, ya que cada una de ellas bien podría darse en cualquier otra posición geográfica.

Los cortometrajes que conforman la película son de unos 5 minutos de duración cada uno y hay algunos mejores que otros como en toda caja de bombones, que siempre hay uno que no se come nadie. En mi caso el cortometraje que no me tragué fue el ambientado en el barrio de Porte de Choisy, dirigido por Christopher Doyle, donde un viajante tiene un encuentro bastante surreal con la propietaria de una peluquería china. Resulta bastante demencial.

En cambio, la delicias las encontré:
- en Montparnasse donde una turista americana se encuentra a sí misma pase
ando por París. En este cortometraje de Alexander Payne es donde la ciudad forma parte activa de esa relación de amor, y así la historia es inseparable de París;
- en el barrio de la Madeleine donde el personaje de Ethan Hawke ve como una vampiro se alimenta de un hombre y se siente a la vez atemorizado y atraído por ella. El corto lo dirige Vincenzo Natali y es de los más originales de la película por su estética cómic.
- También es muy original el ambientado en la Torre Eiffel donde un mimo es detenido por molestar a los turistas y en la cárcel se encuentra con su alma gemela, una mimo.
- Y por último hacer referencia al corto de Isabel Coixet ambientado en el barrio de La Bastille donde un hombre sentado en un café está decidido a pedirle
el divorcio a su mujer para poder así vivir con su amante, pero ésta estalla en lágrimas y le confiesa que sólo le quedan unos meses de vida. Así todos los defectos se vuelven pequeñas curiosidades, virtudes, de las que el marido se enamoró, ahora por segunda vez.

En conclusión: Paris, je t'aime es una buena película con un nivel de calidad destacado y con una estructura fragmentaria bien equilibrada donde los enlaces de los diferentes cortos están bien engastados mediante panorámicas de los diferentes rincone
s y calles de la ciudad que le dan a la película un aire reposado y bucólico. Quizá la única pega destacable es lo anteriormente mencionado, y es que no todas las historias son de la misma calidad cinematográfica y las que sí la alcanzan se te hacen tan cortitas que no llegas a empatizar emocionalmente, no te impregnan. Aún así es París, je t'aime es una buena metáfora del amor.


París, je t'aime. 2006 Francia, Suiza - DIR: Vincenzo Natali, Gurinder Chadha, Tom Tywker, Oliver Schmitz, Bruno Podalydès, Ethan Coen, Alfonso Cuarón, Alexander Payne, Nobuhiro Suwa, Wes Craven, Isabel Coixet, Joel Coen, Frédéric Auburtin, Emmanuel Benbihy, Gus Van Sant, Richard Lagravanese, Olivier Assayas, Chrisopher Doyle, Gérard Depardieu, Sylvain Chomet, Walter Salles.
INT: Elijah Wood, Catalina Sandino Moreno, Olga Kurylenko, Cyril Descours, Wes Craven, Florence Muller, Maggie Gyllenhaal, Sergio Castellito, Leïla Bekhti, Juliette Binoche, Julie Bataille, Willem Dafoe, Ludivine Sagnier, Leonor Watling, Gaspard Ulliel, Axel Kiener, Fanny Ardant, Melchior Beslon, Barbet Schroeder, Natalie Portman, Steve Buscemi, Bruno Podalydès, Emily Mortimer, Alexander Payne, Bob Hoskins, Yolande Moreau, Rufus Sewell, Frankie Pain, Sara Martins, Seydou Boro, Martin Combes, Emilie Ohana, Marianne Faithfull, Elias McConnell, Paul Putner, Aïssa Maïga, Hippolyte Girardot, Li Xin, Nick Nolte, Miranda Richardson, Lionel Dray.

viernes, 24 de agosto de 2007

28 semanas después

Si fuese distribuidor de cine y pudiese cometer los crímenes que se perpetran con los títulos de algunas películas a ésta le pondría Los primeros 28 minutos. Y es que aunque la introducción no dura 28 minutos, físicamente la tensión arterial se te dispara de tal manera que jurarías que sí es de esa duración.

Una casita en el campo, una familia a la mesa dispuesta a cenar, velas, comida y la oscuridad que todo lo inunda. La tensión va in crescendo porque sabes que están ahí. Los zombies. Todo está tan oscuro que detrás de cualquier puerta, debajo de una cama o incluso debajo de la mesa. En cualquier sitio pueden estar escondidos. Llaman a la puerta, la luz lo invade todo y... a correr. Fresnadillo es muy original al situar la escena inicial, la o
bertura del miedo en un emplazamiento tan queco y utilizando la luz como elemento terrorífico y añade un factor esencial en todo el metraje de la película: a veces la familia no siempre te protege y te quiere bien.

28 semanas después es la excepción que confirma la regla de que las secuelas nunca fueron buenas. Me ha gustado mucho más esta representación del género zombie (aunque técnicamente no son zombies) que su predecesora y es que se nota que Fresnadillo está mucho más interesado en la metáfora y la psicología y Boyle quizá más en la estética.

28 días después
también ofrece una obertura espléndida: el protagonista solo en la gran urbe, despertándose en un hospital solitario y vestido con una bata
. Pero me fue desencantado a medida que avanzaba el metraje. Fresnadillo, en cambio, introduce más cosas a parte del "sang i fetge". A mi juicio, la simbología de Gran Bretaña asolada por el virus, siendo gestionada por una administración internacional (aunque mayoritariamente estadounidense), vigilada constantemente por cámaras de vídeo, francotiradores, militares y alambrado de espino, es una crítica velada a la excusa de proteger la seguridad a cambio de restringir las libertades civiles.

Y es que nada detiene a la llamada de la sangre. Porque Fresnadillo también ha puesto sangre. Sangre y más sangre. Este es otro elemento interesante qu
e ha introducido el realizador español, la llamada de la sangre, de la familia y los actos de cobardía y de amor que desencadenan el apocalipsis de la humanidad, otra vez.


28 semanas después. 2007 España, Gran Bretaña, USA - DIR: Juan Carlos Fresnadillo
INT: Catherine McCormack, Robert Carlyle, Rose Byrne, Jeremy Renner, Amanda Walker, Shahid Ahmed, Harold Perrineau

sábado, 18 de agosto de 2007

El extraño

Camille llega a la isla de Ouessant, lugar en el que nació, para ocuparse de la venta de la casa de su familia, pero pasa tan solo una noche allí cuando de repente descubre un secreto. En 1963, un extraño llegó a la isla para unirse al grupo de fareros del que su padre era el jefe. Aquel hombre, Antoine, se marchó en tan sólo dos meses, aunque no sin antes cambiar el curso de los acontecimientos y las vidas de cada uno de los habitantes de la isla.

Esta es la sinopsis que facilita el programa de los cines Verdi en Barcelona para la película El extraño de Philippe Lioret. Una película clásica, de aquellas que si no supieses que es del año 2004 y en color la situarías en la época de los años dorados del cine donde las grandes historias de amor eran las que reinaban.

Antoine es el extraño. Un hombre que ha quedado imposibilitado de su mano izquierda en la guerra de Argelia y que solicita el trabajo de farero en la alejada isla de Ouessant, en la Bretaña, donde más allá ya no hay tierra, sólo agua salada y fuertes rachas de viento, que como las rocas y los acantilados han moldeado y erosionado a sus habitan
tes hasta convertirlos en feréstegos y recelosos de aquello que les es extraño.

Los fareros del lugar, que se han sucedido y guardado el puesto como si fuera vitalicio, no le reciben con grandes ovaciones precisamente, pero Antoine, como los grandes héroes silenciosos de antaño, aguanta las humillaciones, los golpes y las peleas hasta que se da cuenta de que su presencia en la isla daña a sus habitantes. Pero antes de marcharse deja tras de sí almas convulsionadas por la pasión, la de Mabé, y por la amistad, la del marido de Mabé, farero jefe.


Un guión sencillo, pero de maestra estructura narrativa, una fotografía espectacularmente bella con planos soberbios y realistas del faro y de Ouessant, unos intérpretes comedidos que bordan los personajes hasta hacerlos suyos y una banda sonora maravillosa, han de El extraño una excelente opción para un sábado por la tarde dominado por la canícula.


El extraño. 2004 Francia - DIR: Philippe Lioret INT: Émilie Dequenne, Martine Sarcey, Sandrine Bonnaire, Philippe Torreton, Gregori Derangère, Anne Consigny.