Redacción: Las vacaciones (1ª parte)
Empecé las vacaciones antes de tiempo. Fui guardándome días que me debían algunos compañeros de la biblio y antes de que cerráramos me fueron compensando por aquellos turnos dobles que en su momento les hice a ellos y así tuve tres días más de vacaciones. En realidad no fueron días regalados. Trabajé por esos días, pero como hacía ya mucho tiempo, pues no me acordaba de aquel pago, así que los disfruté como si hubieran sido gratuitos. Aunque luego a la hora de la verdad no se puede decir que hiciera mucho con ellos. Ni mucho ni poco. Perreé. Me encanta perrear porque soy muy perra como mi hermana Esther. Ella hubiera hecho lo mismo.
Tendría que haber preparado el viaje, pero no lo hice porque los primeros días que pasábamos en París prácticamente ya los había organizado al milímetro elAbogado y los últimos que pasábamos en Bruselas pues... me dio pereza y el vecino decidió irse de vacaciones y apagar el router.
Inciso: empiezo a estar mosqueada con ese tema. Prácticamente hará un mes que se fue y espero que vuelva pronto (si es que ése es el motivo por el que me he quedado sin línea... podría haberse ido para siempre...) porque me cabrearía mucho tener que pagar una conexión. No creo que pudiese volver a hacerlo después de haber disfrutado de dos años de acceso a la red gratuito. Y no malpenséis porque no hago maldades. No me bajo nada y como tampoco es que pase mucho tiempo en casa pues no estoy todo el día conectada. Pero hay que admitir que nada me gusta más que escribir en el blog desde la cama o el sofá y en pijama. Me dará mucha pereza tener que desplazarme hasta la biblioteca para poder leer la prensa, los blogs y actualizar el mío. ¿Seré capaz si se da el caso?
Mi cumpleaños volvió a caer en vacaciones (que yo recuerde siempre ha sido así y, ¿no sería genial que cada año se celebrara un día distinto?), pero ya hace unos años que me agencié un grupo de amigos que se acuerdan de llamarme y felicitarme aunque se encuentren en la otra punta del mundo, tostándose al sol y saboreando bebidas exóticas. También tuve mi ración de comidas familiares para celebrarlo y unos fantásticos regalos (este año fueron de lo mejorcito), que ya os enseñaré más adelante.
Así que nos fuimos otra vez a París. No sé cuántas veces he visitado la ciudad de la luz en los últimos dos años, pero no me canso de hacerlo. Siempre encuentro cosas nuevas para ver. Siempre. Y este viaje no ha sido distinto, aunque no ha sido tan variado como los anteriores, ya que elAbogado lo ha enfocado sobre dos temas que le interesaban especialmente: la muerte y los pasajes cubiertos.
Tendría que haber preparado el viaje, pero no lo hice porque los primeros días que pasábamos en París prácticamente ya los había organizado al milímetro elAbogado y los últimos que pasábamos en Bruselas pues... me dio pereza y el vecino decidió irse de vacaciones y apagar el router.
Inciso: empiezo a estar mosqueada con ese tema. Prácticamente hará un mes que se fue y espero que vuelva pronto (si es que ése es el motivo por el que me he quedado sin línea... podría haberse ido para siempre...) porque me cabrearía mucho tener que pagar una conexión. No creo que pudiese volver a hacerlo después de haber disfrutado de dos años de acceso a la red gratuito. Y no malpenséis porque no hago maldades. No me bajo nada y como tampoco es que pase mucho tiempo en casa pues no estoy todo el día conectada. Pero hay que admitir que nada me gusta más que escribir en el blog desde la cama o el sofá y en pijama. Me dará mucha pereza tener que desplazarme hasta la biblioteca para poder leer la prensa, los blogs y actualizar el mío. ¿Seré capaz si se da el caso?
Mi cumpleaños volvió a caer en vacaciones (que yo recuerde siempre ha sido así y, ¿no sería genial que cada año se celebrara un día distinto?), pero ya hace unos años que me agencié un grupo de amigos que se acuerdan de llamarme y felicitarme aunque se encuentren en la otra punta del mundo, tostándose al sol y saboreando bebidas exóticas. También tuve mi ración de comidas familiares para celebrarlo y unos fantásticos regalos (este año fueron de lo mejorcito), que ya os enseñaré más adelante.
Así que nos fuimos otra vez a París. No sé cuántas veces he visitado la ciudad de la luz en los últimos dos años, pero no me canso de hacerlo. Siempre encuentro cosas nuevas para ver. Siempre. Y este viaje no ha sido distinto, aunque no ha sido tan variado como los anteriores, ya que elAbogado lo ha enfocado sobre dos temas que le interesaban especialmente: la muerte y los pasajes cubiertos.