Mostrando entradas con la etiqueta exposiciones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta exposiciones. Mostrar todas las entradas

domingo, 21 de septiembre de 2014

50 aniversario del Complejo Elizalde

Hace casi 5 años les expliqué cómo una conversación casual con mi suegra me llevó a descubrir que en el bloque donde viven existe un refugio búnker de la Guerra Civil.

Y no sólo eso. El complejo de viviendas es historia viva de la ciudad. Este año se cumple un siglo que salió el primer coche de la fábrica de automóviles y motores de aviación Elizalde, una de las más prestigiosas de la España de principios del siglo XX.
Durante la Guerra Civil, la fábrica fue colectivizada y sus instalaciones pasaron a dedicarse a la fabricación de bombas y motores para los aviones republicanos, lo que provocó su bombardeo por parte de la aviación nacional. Cuando acabó la guerra, se recuperó la fabricación original.
A principios de los años 50, la empresa fue nacionalizada, pero poco después se cerraba y derribaba. En su lugar se construyeron cuatro bloques rectangulares en la manzana que ocupaba la fábrica.

El próximo sábado durante toda la jornada se celebrarán diferentes actividades para festejar el 50 aniversario del complejo de viviendas y el siglo de la fábrica. Entre dichas actividades, habrán visitas al búnker y conferencias sobre la historia de la fábrica, el complejo de viviendas y la ciudad de la época. Si están por aquí, no se lo pierdan. Y si no pueden acercarse, pueden hacer una visita virtual:

martes, 4 de noviembre de 2008

Vidocq Society

Hace unas semanitas nos llegó a la biblioteca una exposición sobre novela negra y más concretamente de detectives, que casi conforman un género literario propio. Hasta hace poco pensaba que los detectives, los novelescos, estaban ya extinguidos. Que ya sólo quedaban los detectives modernos, los que se dedican a investigar a los cónyuges o a los trabajadores que se piden una baja y luego se van de parranda. Para todos los que penséis como yo lo hacía, que sepáis que eso no es así. En el canal de historia pude comprobar que sobreviven y al más puro estilo Sherlock.

Todavía existen detectives de novela y se reúnen mensualmente en Philadelphia. Forman parte de la Vidocq Society, cuyo objetivo es honrar la figura de Eugène François Vidocq el detective francés del siglo XVIII. En dichas reuniones, los miembros de la Vidocq Society, que son forenses con distintos perfiles (recreación de accidentes, especialistas en ADN y genética, de los huesos, interpretación de manchas de sangre, recreación facial...) estudian y analizan casos que o están cerrados por no haber hallado la policía forma de resolverlos o son lo que se llama "casos fríos" aquellos que siguen abiertos, pero que por falta de medios o pistas han quedado estancados.

Pues ahí es donde entran nuestros amigos forenses de la Vidocq Society, que de forma altruista investigan y valoran desde sus diferentes especialidades un caso en concreto, de los muchos que reciben, e intentan resolverlo. Curioso, ¿no?

lunes, 30 de junio de 2008

Manolo Valdes

Por si alguien no ha podido ver las esculturas al aire libre de Manolo Valdes en la Rambla de Catalunya. Ya el año pasado CaixaForum organizó otra exposición de escultura al aire libre en este mismo lugar y me parece que es una iniciativa genial esto de unir cotidianidad con arte.

martes, 17 de junio de 2008

Mercè Rodoreda: La mort de la innocència

El domingo pasado fue el último día que se podía visitar la exposición Mercè Rodoreda: la mort de la innocència, en el Palau Robert. A riesgo de parecer una friki total, confieso que he ido cuatro veces, pero qué queréis es gratuita y es una maravilla. A través de un circuito, el visitante se pasea por cuatro escenarios que evocan los mundos creados por la escritora en cuatro de sus novelas: La Plaça del Diamant, La mort i la primavera, Mirall Trencat i Quanta, quanta guerra. Cada escenario utiliza objetos, fotografías, olores, juegos visuales para que puedas sentirte dentro de la novela.

una tele donde se podía ver la entrevista a Rodoreda en el programa A fondo durante la década de los 70

El escenario que recrea La Plaça del Diamant se sirve de un laberinto donde se escuchan los bailes en el "envelat" de la Fiesta Mayor de Gracia, el piar de las palomas, vemos los comederos, el pienso, el palomar con las vigas infestadas de pájaros...

"La quería kafkiana, muy kafkiana, absurda, claro, con muchas palomas; quería que las palomas ahogaran a la protagonista desde el principio hasta el final. Y fue naciendo dentro de mí, cuando todavía no me había sentado delante de la máquina con un montón de hojas de papel al lado, lo que tenía que ser La Plaça del Diamant. La escribí febrilmente, como si cada día de trabajo fuese el último de mi vida."

"Trabajaba cegada; por la tarde corregía lo que había escrito por la mañana, intentando que, a pesar de las prisas con las que escribía, el caballo no se me desbocara, aguantando bien las riendas para que no se desviara del camino. Hay quien habla de explosión narrativa. No sé lo que significa. Escribir una novela, que es un trabajo sostenido, requiere calma, mucho dominio de unos mismo." (1982)

El escenario de La Plaça del Diamant me transmitió toda la asfixia, y también quizá un punto de locura al final del recorrido, que siente la Colometa en la novela.

"La mort i la primavera es muy bueno. Terriblemente poético y terriblemente negro. Con mi estilo de hasta ahora: primera persona e intentando decir las cosas del modo más puro e inesperado." (1961)

el olor a plantas, a hierba recién cortada...

"En Espejo roto muere mucha gente. Ocho o nueve personas, me parece. Todas han tenido que ir muriendo porque yo lo he querido, porque yo he sido su destino. Por eso vivos y muertos están cerca de mí. Les observo y me observan. Poco a poco han ido adquiriendo relieve, se me han convertido en personas de carne y hueso, completamente familiares. Al notario Riera lo veo con frecuencia; se pase por los bosques de Romanyà, a la sombra de las encinas, donde he acabado de escribir Espejo roto. Miramos juntos las puestas de sol más acarminadas del mundo y los nacimientos de luna más emperlados. Teresa, Sofía, Armanda, también vienen. Todas pendientes de mí y yo de sus actos. Quizá me encuentre con ellas en el cielo o en el infierno." (1974)

"En cuanto bajaron del coche, Teresa se quedó tan asombrada que sólo acertó a decir: "¡Señor, si parece un castillo!" Al pie de la verja nacía un camino muy ancho, bordeado de castaños; al fondo, la casa de tres pisos de altura, con dos torres y tejados de ladrillo verde, cubiertos de hiedra, cuyas hojas iban adquiriendo un tono rojizo, se recortaba conta el cielo otoñal."

una pared de espejos rotos

el árbol y tumba de laurel

Mirall Trencat es mi novela rodorediana favorita. La leí cuando iba al instituto y me atrapó al momento. La saga familiar, la casa, los triángulos, los niños, las violetas... Guardo esa edición adolescente como oro en paño, dentro de una caja de lata, las páginas desencoladas. Me gustaría comprarme uno nuevo, pero no he encontrado una edición que haga justicia a la novela.

"Tenía que crear un personaje y lanzarlo a correr mundo. ¿Un vagabundo? No. Los vagabundos ya están acostumbrados a ir por el mundo y el mundo no les sorprende apenas. ¿Quizás un soldado? Debería tratarse de un muchacho con el sabor de la leche todavía en los labios, que, como los poetas, quedara sorprendido por todo lo que viera. Atraparlo en medio del desorden de la guerra para que pudiera hacer cuánto se le antojara e ir adonde tuviera ganas de ir. Procurarle aventuras con gente extraña. ¿Por qué no una novela, digamos, de guerra con poca guerra?" (1980)

Todos los textos entrecomillados son declaraciones de la autora sobre su obra o fragmentos de ellas, y proceden del catálogo de la exposición que es un auténtico regalo para mitómanos rodoredianos: relleno de extratos de las cuatro novelas, una cronología biográfica de la autora y varias páginas de fotos de diferentes ediciones de sus novelas, de su vida y de las diferentes casas donde vivió.

Los catálogos estaban disponibles en catalán, castellano, inglés y francés. Yo, por supuesto, me llevé uno de cada y también hice esta composición (la que véis arriba es de Cristina, a la que también le gustó mucho la exposición). Si no pudisteis ir, espero que hayáis disfrutado con las fotos y los textos que he colgado y es que tengo la exposición retratada al milímetro. Ahora que lo pienso, también podría haber hecho un vídeo y habríais hecho el recorrido de forma virtual..., pero tan friki no soy.

viernes, 13 de julio de 2007

Richard Estes

Desde el 19 de junio y hasta el 16 de septiembre en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid se puede ver la exposición Richard Estes, uno de los fundadores del movimiento del fotorrealismo, que nació en los Estados Unidos a finales de los años sesenta.

Cabinas telefónicas, 1967-1968

En su obra aparecen mayoritariamente paisajes urbanos y aunque ha retratado a diversas ciudades de todo el mundo (San Francisco, París, Barcelona, Londres, Chicago, Florencia...) es Nueva York su musa y sobretodo el barrio de Manhattan.

View of Barcelona, 1988

Los reflejos es un elemento pictórico recurrente en la obra de Estes. Son esos reflejos y deslumbrantes brillos lo que engrandece la obra del pintor frente a la fotografía. Esos elementos son imposibles de captar con una cámara y quizá sea esa la magia de este pintor hiperrealista.

People's Flowers, 1971

Es un artista bastante popular entre el público, tanto especialistas en arte como foráneos de la materia, aunque quizá es más desconocido el complejo proceso creativo, que está muy lejos de copiar una fotografía. Y es que Estes utiliza centenares de fotografías para la realización de un solo cuadro. De esas fotografías el pintor selecciona perspectivas, puntos de luz y detalles que luego él compone para crear un cuadro único.

Sunday afternoon in the park, 1989

34th street, Manhattan, Looking East

Downtown reflections, 2001

Bus reflections, 1972

Ojalá el museo estuviese en Barcelona... Habrá que hacer una escapadita hasta Madrid.

martes, 12 de junio de 2007

Els cotxes de Tintín

Diumenge a la tarda, i gràcies a unes invitacions que em va proporcionar el meu cunyat, vaig poder veure l'exposició Els cotxes de Tintín al Saló de l'Automòbil de Barcelona. L'exposició mostra setze vehicles clàssics que apareixen dibuixats amb extrema fidelitat als còmics de Tintín. L'exposició restarà oberta fins el 17 de juny.

Fins a 79 vehicles apareixen fidelment reproduits als àlbums de Tintín. Tot i això, Hergé va ser bastant selectiu a l'hora de reflexar les seves apetències automovilístiques a les vinyetes del reporter belga. Tant al llibre Tintín, Hergé y los coches com a Dossier Tintin de Frederic Soumois, s'estableixen dues tipologies de vehicles segons la funció per als que són utilitzats: per a l'aventura, seguint pistes i viatjar; i per a passejar.

Les dots d'observació d'Hergé van permetres uns retrats dels vehicles quasi perfectes, amb tot de detalls inclosos. També va ajudar a crear aquests reflexos tan fidels el fet que l'autor col·laborés com a il·lustrador per a una de les publicacions de Ford, i a la gran afició que tenia pels cotxes.

Bugatti 52 "Baby"

Peugeot 403, a Les joies de la Castafiore

Lancia Aurelia B20, a L'assumpte Tornassol

Amilcar CGS, a Tintín al País dels Soviets

Llàstima que els organitzadors de l'exposició no pensesin en fer un tríptic explicatiu, com a qualsevol exposició, amb les fotografies i vinyetes dels vehicles i el nom del model. Vaig fer altres fotografies, però no recordo ni el models del cotxes ni el títol de l'àlbum on apareixen.