lunes, 7 de enero de 2019

Els llits dels altres, de Anna Punsoda


«Tot pot amagar-se, però hi ha històries que són aguilots pessigant-te el fetge. Les espantes i et tapes com pots el forat que t’han obert. Aprens a caminar tort i foradat, amb un braç dedicat a espantar bèsties. Perquè a tu què t’interessa? A tu t’interessa caminar. Aleshores camines tort, foradat i tolit d’un braç, com si no es pogués avançar d’una altra manera. Fins al dia que vols viure i necessites les dues mans.»

(ressenya en català al meu compte d'instagram: @irisgonzalez)

Gracias a un encuentro casual con una conocida de la infancia, Claustre echa la vista atrás reflotando una serie de vivencias marcadas por los abusos, las crisis de identidad, la dificultad para confiar en los demás y la anorexia como forma de controlar un cuerpo dominado por la angustia.

Devoré la novela Els llits dels altres aunque leerla se me hizo muy difícil a medida que avanzaba la historia. De hecho, la incomodidad crece gradualmente hasta que en la página 80-81 se desarrolla una escena (literariamente genial) que hizo que a punto estuviera de abandonar la lectura. El  malestar no era tanto debido a los temas terribles que trata la autora, que lo hace con mucha ternura y naturalidad, sino por la acumulación de dolor y culpa que se arrastra hasta el final (esperanzador, eso sí) de la historia. Me parece excepcional que Anna Punsoda haya debutado con un texto tan desgarrador, con tanta fuerza hilado con una destreza narrativa prodigiosa. ¡Brava!

Si no lo he disfrutado suficiente es porque me ha hecho de espejo, devolviéndome una imagen de mí  misma que no me gusta y me hiere. Porque ahora mismo tengo las piezas de mi jenga vital esparcidas por todas partes y no tengo suficiente fortaleza para enfrentarme a ello. Cuando las recomponga (espero que esta vez con unos cimientos más sólidos), la volveré a leer.

Els llits dels altres / Anna Punsoda. Barcelona: Ara Llibres, 2018. ISBN 9788416743780.

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