Signatura 400, de Sophie Divry
Soy una presa fácil para los libros sobre libros. Uno que publican, uno que me compro. Matizo, me compraba. Ahora me lo pienso más porque como los metros cuadrados de los pisos donde habito van menguando, la colección de libros hace lo mismo.
Por suerte Signatura 400 me lo regalaron (¡Gracias Esther!) porque con lo preciosa que es la edición y sabiendo que más que un libro sobre libros es un libro sobre bibliotecari@s, habría caído seguro.
En Signatura 400 nos encontramos con una bibliotecaria anónima (nunca sabremos su nombre) que al llegar al trabajo, unas horas antes de abrir la biblioteca, se encuentra en su planta (entiéndase como nivel, piso, en un edificio, no como ejemplar de la flora entiestado sobre su mesa) a un usuario que se quedó encerrado la noche anterior (sí, en mi biblioteca también nos ha pasado, pero nos dimos cuenta cuando bajábamos la persiana).
A modo de regañina, la bibliotecaria en cuestión le suelta un monólogo de órdago al usuario, que se extenderá durante el centenar de páginas que ocupa el libro, sin dejar posibilidad a la aparición de algún punto y a parte o a la intervención del regañado. Ella solita empezará y acabará justo cuando toque abrir la biblioteca.
Siendo un libro de "lo mío", aportando una voz original, siendo una sucesión de citas acertadísimas sobre bibliotecas, usuarios y cultura en la actualidad, Signatura 400 es una obra buena, que me ha asfixiado un pelín (no sé si será por la falta de pausas en el monólogo) y de la que esperaba un poquito más. Porque aunque los libros y las bibliotecas estén siempre en el relato, está mucho más presente la soledad, la impotencia y la frustración de la protagonista ante las situaciones de su realidad y de la vida, como que la signatura 400 de Dewey esté vacía. ¡Eso es para volver loco a cualquiera! Menos mal que en las bibliotecas catalanas utilizamos la adaptación de Jordi Rubió i Balaguer de la Clasificación Decimal Universal (¿alguien más ahí fuera?)
Y ahora, bombardeo de citas, aunque ya aviso que el libro es una cita en sí mismo...
Por suerte Signatura 400 me lo regalaron (¡Gracias Esther!) porque con lo preciosa que es la edición y sabiendo que más que un libro sobre libros es un libro sobre bibliotecari@s, habría caído seguro.
En Signatura 400 nos encontramos con una bibliotecaria anónima (nunca sabremos su nombre) que al llegar al trabajo, unas horas antes de abrir la biblioteca, se encuentra en su planta (entiéndase como nivel, piso, en un edificio, no como ejemplar de la flora entiestado sobre su mesa) a un usuario que se quedó encerrado la noche anterior (sí, en mi biblioteca también nos ha pasado, pero nos dimos cuenta cuando bajábamos la persiana).
A modo de regañina, la bibliotecaria en cuestión le suelta un monólogo de órdago al usuario, que se extenderá durante el centenar de páginas que ocupa el libro, sin dejar posibilidad a la aparición de algún punto y a parte o a la intervención del regañado. Ella solita empezará y acabará justo cuando toque abrir la biblioteca.
Siendo un libro de "lo mío", aportando una voz original, siendo una sucesión de citas acertadísimas sobre bibliotecas, usuarios y cultura en la actualidad, Signatura 400 es una obra buena, que me ha asfixiado un pelín (no sé si será por la falta de pausas en el monólogo) y de la que esperaba un poquito más. Porque aunque los libros y las bibliotecas estén siempre en el relato, está mucho más presente la soledad, la impotencia y la frustración de la protagonista ante las situaciones de su realidad y de la vida, como que la signatura 400 de Dewey esté vacía. ¡Eso es para volver loco a cualquiera! Menos mal que en las bibliotecas catalanas utilizamos la adaptación de Jordi Rubió i Balaguer de la Clasificación Decimal Universal (¿alguien más ahí fuera?)
Y ahora, bombardeo de citas, aunque ya aviso que el libro es una cita en sí mismo...
"Ser bibliotecario no es nada gratificante, se lo digo yo: se acerca a la condición de obrero. Yo soy una taylorizada de la cultura."
"Saber orientarse en un biblioteca es dominar la cultura en su conjunto y, por tanto, el mundo. Y no estoy exagerando."
"A esto nos lleva la democracia cultural. Ya no es una biblioteca donde reina el sordo silencio de las estanterías inteligentes, es un área de recreo donde uno viene a distraerse."
"La cultura no es un placer. La cultura es un esfuerzo permanente del ser para escapar de su vil condición de primate subcivilizado."
DIVRY, Sophie. Signatura 400. Barcelona: Blackie Books, 2011. ISBN 9788493874544.
¿En qué biblioteca puedo encontrar este libro?
¿En qué biblioteca puedo encontrar este libro?
5 comentarios:
Esto... al bajar la persiana sí, una vez, y otra al cabo de un buen rato cuando sonó la alarma vino la poli llamaron a la directora etc. etc.
666_666: perquè comentar algo sobre el post en sí, no oi? Només donar el punt tiquismiquis demencial teu! Per cert, avui he llegit que s'ha descobert que el número del diable no és 666 sino 616. Ara què faràs?
caramba ¡¡¡
A mi m´encantaria passar una nit a dins d´una biblioteca, és un
d´aquests somnis freaks que tinc. El llibre ja el tinc!
Leí el libro este agosto, me gustó en general pero me ha dejado un regusto amargo. La vida de la protagonista desprende soledad y resignación. El único rayo de esperanza es la presencia del chico que prepara la tesis, está tan cerca de ella y a la vez tan lejos... porque nunca se atreve a dar el paso y entablar una conversación con él. Le falta un poco de valentía, creo.
Enhorabuena por el blog, lo leo con asiduidad, igual que Mola Coser.
Un saludo
Pilar
Publicar un comentario