DesastreDeCajónDeDesastres
Desastre de cajón de desastres, por Maruja Torres
"De la no confesada decisión de aplazar y de la pereza que provoca poner orden en nuestras cosas aparentemente secundarias viven los cajones menos frecuentados de nuestras vidas, aquellas plazas huecas que acogen lo que nos negamos a clasificar; lo que no queremos afrontar, recordatorios de las citas a las que no acudiremos y también reminiscencias de encuentros que no resultaron tan bien como preveíamos, que incluso resultaron fatales, humillantes, vergonzosos. [...] Todos necesitamos creer que podemos arrumbar lo que nos perturba. Por suerte, de vez en cuando existe la llamada del deber, y ponemos orden. En el cajón dichoso y en nosotros."
Maruja Torres en su columna semanal Perdonen que no me levante publicada en el El País Semanal el domingo 4 de febrero de 2007.
"De la no confesada decisión de aplazar y de la pereza que provoca poner orden en nuestras cosas aparentemente secundarias viven los cajones menos frecuentados de nuestras vidas, aquellas plazas huecas que acogen lo que nos negamos a clasificar; lo que no queremos afrontar, recordatorios de las citas a las que no acudiremos y también reminiscencias de encuentros que no resultaron tan bien como preveíamos, que incluso resultaron fatales, humillantes, vergonzosos. [...] Todos necesitamos creer que podemos arrumbar lo que nos perturba. Por suerte, de vez en cuando existe la llamada del deber, y ponemos orden. En el cajón dichoso y en nosotros."
Maruja Torres en su columna semanal Perdonen que no me levante publicada en el El País Semanal el domingo 4 de febrero de 2007.
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