miércoles, 19 de enero de 2011

Cómics, chaise longue y te

Uno de los “contras” del nuevo piso es la distancia que hay entre éste y el trabajo. La ida y la vuelta, me ocupan 100 minutos al día y comparados con los 40 minutos de antes (también sumando ida y vuelta), ha resultado un gran cambio. Intentando darle una salida positiva al hartazgo de metro que me doy diariamente, decidí que la mayoría de mis lecturas las realizaría durante los trayectos casa – biblioteca – casa. Así antes de ir al trabajo me puedo centrar más en las labores, la cocina y el máster, y los fines de semana me concentro en acabar de montar muebles, deshacer cajas, ordenar y si queda tiempo y ganas (¡espero que sí!), decorar.
Pero este pasado fin de semana elAbogado debía concentrarse porque tenía un macrojuicio, así que sería como una estatua para mí y aprovechando esa pausa en el ajetreo del orden, me propuse que echaría mano a la lista de lecturas “comiqueras” pendientes, e incluso realizaría alguna relectura.. Los cómics elegidos… los que siguen:

- Me agencié todos los cómics de La Parejita que teníamos en la biblioteca, incluyendo la última novedad y los devoré en un plis-plas. Para los que no conozcáis a La Parejita, os diré que son personajes creados por el dibujante Manel Fontdevila para la revista El Jueves. Son Mauricio y Emilia y a lo largo de las historietas podemos seguir su etapa de novios, convivencia, estabilidad, planteamiento de la paternidad, embarazo y ¡el niño ya está aquí!. Me encanta seguirlos en las viñetas semanales de la revista, pero siempre va bien hacer un repaso en los cómics porque siempre se me pasa alguna… Los últimos cómics que hemos recibido son los dos primeros volúmenes de la Guía para padres desesperadamente inexpertos y tengo que decir que me he reído muchísimo con ellos, y eso que no tengo niños...

- Siempre he sentido curiosidad por las formas de vida diferentes, desconocidas para mí, y cuando me presentan a algún extranjero procuro preguntarle sobre las cosas típicas de su país, cómo se vive, qué hacen, por qué… Intento no atosigar, pero no sé si siempre lo consigo (ejem), por eso casi siempre realizo alguna lectura al año sobre otros países y civilizaciones. Corea del Norte es un país que me atrae supongo que por su hermetismo y me encantaría poder viajar hasta allí y comprobar lo surrealista que ha de ser experimentar un régimen totalitario de ese tipo. No sé si sonará algo frívolo, pero sociológicamente despierta mi interés. ¿Sabías que el país que más ayuda humanitaria recibe? Yo hasta hace poco no lo sabía y me sorprendió mucho el dato. Dada la dificultad de acceder al país, una muy buena forma de conocer la vida de un extranjero en Pyongyang es leerse el cómic de Guy Delisle que refleja el período laboral que pasó el autor en la capital. Es como ver un documental en primera persona, está muy bien narrado y te sorprende por lo tragicómico que resultan la mayoría de detalles cotidianos de la realidad norcoreana que explica el autor.

- Si habéis viajado a Berlín, supongo que habréis probado la currywurst, ¿no? Me atrevería a decir que esta salchicha al curry forma parte de los topicazos gastronómicos alemanes, quizá hasta corre en una calle paralela a nuestra tortilla de patatas o a la paella. Cuando nosotros viajamos el verano pasado a la capital alemana intentamos resistirnos a las currywurst que ofrecían en todos los puestos callejeros, pero al final caímos en la tentación y prácticamente no nos alimentamos de nada más durante todo el viaje. En el cómic La invención de la salchicha al curry de Isabel Kreitz se da una versión alternativa sobre cómo surgió este delicioso plato, aunque también podremos conocer la situación alemana justo después de la II Guerra Mundial. Es un cómic muy interesante basado en la novela de Uwe Timm y si os acercáis a Berlín y a parte de probar la salchicha queréis conocer más, podéis visitar el Deutsches Currywurst Museum.


Si no os habéis hartado de tanta cháchara y habéis llegado hasta aquí, os puedo certificar que ha sido un fin de semana genial para cargar pilas, lectura, chaise longue y taza de té. ¿Hay algo mejor?

miércoles, 5 de enero de 2011

Esto de los Reyes, ¿cómo funciona?

Hoy es un día mágico, es la Noche de Reyes y todos los que crean que se han portado bien y quieran recibir regalos deberán irse a la cama pronto. No sin antes haber dejado la zapatilla, algo de agua para los camellos y turrón y polvorones para los Reyes.
Aunque Papá Noel lleva unos años sacando la cabeza con más fuerza en nuestra tradición navideña, tengo la sensación que la noche de los Reyes es más mágica, que conserva más la ilusión aunque es una percepción mía sin ningún tipo de fundamento empírico.

Esta mañana en la biblioteca he mantenido un intenso debate con algunos de los niños que estaban "aparcados" en la sala infantil: ¿cree usted en los Reyes Magos? Ante el clásico, "los Reyes Magos son los padres", otro niño se indignaba profundamente y de forma vehemente alegaba "cómo van a ir tus padres por las casas de todo el mundo repartiendo regalos".
Cuando se producen debates de esta magnitud en la sala infantil, los niños normalmente me piden que me posicione -no sé si como voto de calidad o por desampatar de alguna manera-, cosa que nunca hago para darle más vidilla al debate. Ante la pregunta en cuestión, he respondido que cada uno crea en lo que quiera, pero les he recomendado que hagan lo mismo que yo y que por si acaso se porten bien y dejen algo de comer y de beber, no sea que existan y pasen de largo de su casa.

Otra de las biblio-anécdotas de la sala infantil relacionada con los Reyes, se ha producido por la avalancha de cartas dirigidas a sus majestades que estamos recibiendo. Desde hace años, en Navidad, el Ayuntamiento nos coloca en la sala infantil un Buzón Real donde los niños depositan sus cartas. La mayoría saben cómo funciona el tema, pero muchos de los niños que vienen a la biblioteca no han oído hablar de los Reyes en su vida como unos pequeños magrebíes del barrio.
El lunes, unos de ellos subió hasta la sala corriendo (casi le salía el hígado por la boca, al pobre) con la misión de escribir la carta y echarla al buzón, pero antes vino hasta mi mesa y me preguntó: "Esto de los Reyes, ¿cómo funciona? Te lo pregunto porque el año pasado escribí la carta con todos los regalos que quería, la eché al buzón, pero luego no recibí nada. Y no sé si es que escribí mal la dirección o qué pasó."

Me quedé un poco desconcertada porque la mayoría de niños han oído campanas repicar y no supe bien qué hacer. Al final se lo expliqué un poco por encima, pero le dije que se lo preguntara a sus padres que seguramente sabrían mejor cómo funcionaba el tema. Mejor no meterme en según qué lodos, pero me hizo ilusión que todavía existieran niños tan tan inocentes.

En todo caso, ¡Feliz Noche de Reyes! y si podéis ver la Cabalgata de Santillana del Mar, no os la perdáis porque es mágica. Yo la pude contemplar en directo hace años y todavía me acuerdo...
Y vosotros, ¿habéis sido buenos o recibiréis carbón?

lunes, 3 de enero de 2011

Una Navidad diferente

Esta Navidad ha sido atípica porque no la hemos pasado en casa (ni en la antigua ni en la nueva). Mi cuñada invitó a toda la familia a pasar las fiestas con la suya en Suiza, su país de origen y aceptamos claro. Aunque teníamos el piso con la mudanza recién hecha, es decir, en un mar de cajas, nos apeteció un descanso helvético.

Finalmente descansamos poco, ya que nos dedicamos a visitar todo lo que pudimos, a comer demasiado (queso, chocolate, queso, chocolate...), a pasar mucho frío y a suspirar cada dos segundos por los paisajes nevados. Allá donde íbamos se oían nuestros suspiros de mediterráneos que no ven la nieve ni de casualidad, pero es que es tan bonito. Para muestra, una instantánea que tomé desde el funicular que nos subió al Pilatus.

Ya de regreso, las cajas seguían esperándonos (qué lástima que ningún duendecillo viniera a deshacer y ordenar su contenido), las compras en IKEA también y lo peor, montar los muebles. Imposible demorarlo porque las noches que puedo dormir encima de un colchón en el suelo son limitados. Pero con paciencia todo se acaba y aunque no hemos llegado a esa etapa, las reuniones con la familia y los amigos ayudan. Sobretodo aquellas en las que nos regalan cosas para nuestro nuevo hogar: como mi hermana y mi cuñado que con un reproductor de DVD nos han liberado de ver películas en el portátil, y mi suegra que nos ha preparado una cesta (mejor una caja preciosa) con cantidad de delicatessen (¡qué bien nos conoce!)

Al estar fuera, no he montado ni el árbol ni el pesebre de playmobil ni he colocado ningún tipo de decoración navideña (a parte de estar la mayoría en cajas), pero no me he podido resistir a elaborar este centro de mesa con la maravillosa vela que también me regaló mi suegra. ¿No es genial?

Así de gusto volver de las vacaciones...