Mad Men
Ahora que estamos en época en que resulta que tenemos que refundar el capitalismo, estoy enganchada a una serie que se ambienta en plena efervescencia del consumismo desmedido, de la bonanza, finales de 50 en la meca del capitalismo, los Estados Unidos. Y la publicidad es su mejor arma y los que la empuñan, los Mad Men.
Los MADison Men era el apodo otorogado a aquellos ejecutivos que trabajaban en la Avenida Madison de Nueva York, paraíso de las agencias publicitarias, y en una de ellas, la Sterling Cooper es en la que trabajan los personajes de la serie de Matt Weiner (uno de los responsables de Los Soprano).
El arranque de la primera temporada empieza con la llegada a la agencia de una nueva secretaria, la asustadiza e ingénua Peggy, que no encuentra su lugar en el mundo femenino de la época, donde la figura de las mujeres tiene que ser sumisa, dedicada a las tareas del hogar y relegada a la voluntad masculina, pero que esa misma realidad masculina, sobretodo en el mundo laboral, requiere una mujer liberada sexualmente, pero que antagónicamente también quiera a esa buena mujer años 20. ¡A quién no le costaría encontrar su sitio en esta complicada jungla machista!
Cabe destacar la maravillosa ambientación de la historia (esos escenarios, el diseño de muebles, la ropa, los peinados...), los guiones, la dirección, el desarrollo de la paradoja femenina, el retraro de la cultura y sociedad americanas de la época donde los médicos fumaban sin parar mientras te auscultaban..., aunque lo que más me gusta de la serie, para qué nos vamos a engañar, es Don Draper, ese enigmático personaje, que esconde su pasado y del que nunca se sabe qué es lo que le pasa por la cabeza, con ese pelo siempre tan reluciente y bien peinado, ese porte y ese gran talento para los eslóganes.
Es el director creativo de la agencia y su publicitario número uno, que se muestra infalible. Una mirada intensa de este hombre no tiene que ser bueno para el corazón... El actor que interpreta a Don Draper es Jon Hamm y ya ha sido galardonado con un Globo de Oro y dicen que va en camino de convertirse en el heredero de George Clooney...
Si os animáis a verla, contadme si os pasa como a mí: no hay vez que al visionar un nuevo capítulo no me sorprenda más y más que sólo hayan pasado cuatro décadas desde cuando se sitúa la historia... Me quedo con la boca abierta, os la recomiendo a todos.
Y para acabar con este panfleto publicitario (nunca mejor dicho) un vídeo genial, homenaje de Los Simpsons a los títulos de crédito de la serie, que se emitió en el especial de Halloween de hace un mes.
6 comentarios:
jaja es verdad olvidaba esta serie, y parece cojonuda. tengo dudas que el ideal machista sobre esa mujer sumisa y abierta al sexo se haya extinguido del imaginario de los hombres...
que casualidad, el finde pasado me papé trece capítulos de golpe, el marío flipaba y eso con el ganchillo en la mano, me encantó!
Javier Marías últimamente habla de esta serie a la mínima oportunidad y siempre para ponerla por las nubes. Habrá que verla.
Ui, es que es buena a rabiar... Olivia no me extraña que no fueras capaz de soltar el ganchillo, yo cuando la veo en VO tengo que hacerlo, lo confieso...
Iris, estem enganxadíssims a la sèrie, ja anem pel final de la segona temporada!!!quina gràcia, compartim un munt de gustos i aficions!
Es que es tan buena esta serie...
Publicar un comentario