De ratas a la carrera

Título de una gran peli no entendida por muchos sirve en este caso para ilustrar este vídeo que me aconsejó my sister Esther. Ella lo vio en las noticias, creo. Y he supuesto que tamaña noticia ya estaría colgada en YouTube... y ¡acerté! Las ratas y los chinches son quienes salvarán a la maravillosa ciudad de Nueva York del elitismo infinito. Cualquiera puede ser víctima de las ratas y es que el limitado espacio de la isla hace que los negocios y las viviendas se construyan en sentido vertical y no en horinzontal como es nuestro caso. Y se construye en vertical pero no sólo hacia el cielo sino también por debajo de tierra. Os habréis fijado en muchas películas donde aparecen comercios y restaurantes de la Gran Manzana donde dependientes y cocineros entran y salen de unas grandiosas puertas que se abren en la acera. Salen de los sótanos donde se almacenan los víveres que luego degluten los neoyorquinos. Esos sótanos húmedos, oscuros y llenos de comida son susceptibles de verse infestados de ratas (cuántos de ellos lo estarán en realidad), pero en el caso que nos ocupa, el TacoBell en cuestión sufrió reparaciones que dejaron alguna vía abierta para que los animalillos roedores subieran a la superficie. Y así se les ve, contentos y felices, nuevos amos del Taco ante la mirada estupefacta de unos y divertida de otros.

Por cierto, os recomiendo un gran libro sobre el fenómeno de las ratas en la historia de Nueva York. Es del autor Robert Sullivan y su título es Rats. No os lo perdáis.