domingo, 8 de marzo de 2009

que en mi reloj ya son las 11, tenéis que abrir

Estoy haciendo puntos en préstamo, tengo la persiana medio bajada, pero tan bajada que cuesta pasar por debajo, un señor se ha arriesgado a hacerlo, y abre la puerta.

Le digo que la biblio aún no está abierta que faltan un par de minutitos. Mientras pronuncio la frase comprueblo en el reloj del ordenador que tengo razón, y sí señor, son las 10:58. Joder, no es por ser quisquillosa pero es que faltan dos minutos.

Intento razonar con el hombre, que mira incrédulo alternativamente a su reloj y a mí. Parece no entender lo que le digo. Paso del catalán al castellano. Se lo repito otra vez y el tío finalmente dice: "que son las 11, tenéis que abrir". Se lo vuelvo a explicar. "Hasta que no levantemos del todo la persiana, la biblioteca no está abierta. Falta un minutito, espérese un segundo fuera que enseguidita abrimos". Quizá se piensa que la biblioteca automáticamente se enciende sola, los ordenadores también, claro, puestos a pedir milagros, que no hay que hacer unos procesos técnicos antes de abrir... no, es un servicio público, por tanto cuando el tenga intención de utilizarlo estará a su entera disposición...

Pero el hombre no se mueve y repite "pero es que en mi reloj ya son las 11, tenéis que abrir, es vuestra obligación, tenéis que abrir". Ahora soy yo la que se queda un poco perpleja, el hombre no se mueve, ni tiene intención de hacerlo por más que se lo repita. Y encima ahora entra otro hombre que también quiere pasar. "Que vamos tarde" dice el señor.

Joder, claro, con tanta cháchara, ahora sí que son las 11, y con toda la rabia del mundo les dejo pasar y acabo de subir la persiana. Pero ¡coño! eran las 10:58 y no es por ser tiquismiquis, pero si les dejo pasar a las 10:58 ¿quién me asegura que mañana no vendrán a las 10:55 a decirme que en su reloj ya son las 11?

Para devolver los libros tarde y para salir de la biblioteca cuando llega la hora de cerrar no son tan puntillososo los usuarios, no... Por si no fuera suficiente trabajar el domingo, este tipo de situaciones agrian a una bibliotecaria tan dulce como yo...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué ansias! Ya sé que es molesto para ti, pero a mí las prisas lectoras me han dejado con una sonrisa.

sfer dijo...

Zen, pequeña saltamontes... zen...
Respira hondo... Mantén la calma... No pierdas el control... :-)

Juan Pedro dijo...

¿Te imaginas que era una cámara oculta?

bravecoast dijo...

mwhhohohoh! la proxima vez que abras en domingo voy a ir yo a las 11 en punto y como no tengas abierto tiro la puerta abajo a patadas. quiero librooooosssssssss (bueno, no, este seguro que quería interneeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeééé)

Anónimo dijo...

Pues otro día le dices: Mire señor no se si enviarlo a la mierda o para la mierda.
Que no sabe la diferencia, pues se lo explicas.

Ir a la mierda: Usted, coge, se va y cuando llegue vuelve. (Seguro que ya son las 11, ja, ja, ja)

Ir para la mierda: Pues usted va y cuando llegue se queda. Y no vuelva.

Espero haberte hecho, por lo menos, sonreir.

Kissis for you!


Carlos Fox

roberta dijo...

Me encanta! Lo mismo me pasa a mi en la librería, sobre todo a la hora de cerrar. "Es solo un minutito"... si, y yo diez más para apagar los ordenadores, hacer el cierre, apagar las luces... arrrgggg