Para Iris
Correspondencia de la toda la vida. No valen los e-mails, los tweets y nada de eso.
Siempre ando detrás de la gente que conozco para intentar convencerles que me escriban también, que me devuelvan las cartas. Porque me gusta enviarlas, pero también recibirlas.
Sentarse, reflexionar y escribirle a alguien es de los ejercicios más bonitos, íntimos y placenteros que hay.
Sobres, sellos y de tanto en tano hasta cordeles de doble hilo blanco y rojo anudando un precioso paquete con una nota mecanografiada. Gracias Marta.
No imagino correspondencia mejor.
3 comentarios:
Yo no tengo con quien enviarme cartas, principalmente porque aquí en México la gente ya ha perdido esa costumbre. A mi me encantaría poder cartearme con alguien, a ver si un día se me da.
vale me has convencido fadeta, te enviaré una carta ^_________^
Rudolph, ya verás cuando encuentres a alguien con quien mantener correspondencia que es muy agradable.
Bravecoast, oído cocina.
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