El galet gigante
Había leído sobre ellos en la prensa, pero desde que los colocaron por la ciudad no había podido encontrarme con ninguno. Eran seres mitológicos para mí. Ansiaba troperzarme con ellos y robar uno para colocarlo en casa y así poder contemplar al galet gigante cuando yo quisiera.
Así que cuando regresaba hacia mi apartamento después de salir a cenar fuera y me topé con el galet gigante me emocioné y por supuesto me hice una fotografía a su lado. Menuda hazaña.
Al final no lo sustraje, aunque hubiese sido el momento propicio para el delito (sin testigos, nocturnidad), lástima lo bien anclado que estaba al pavimento y que nunca me atrevería a hacerlo. No tengo valor. Ay, las heroicidades no son para las bibliotecarias mundanas...
1 comentario:
A mi me pasó lo mismo (lo de querer robarlos para casa), i me pasó lo mismo que con las vacas del cow parade.... muy bien ancladas!
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