miércoles, 25 de noviembre de 2009

Tibidabo

hace una semana elAbogado y yo nos fuimos al Tibidabo


pensando en todas las atracciones a las que no iba a montar
porque me muero de miedo no por la atracción en sí
porque me de un pasmo y me quede allí mismo
me sorprendió que pasara por el Krueger Hotel sin pena ni gloria
y no lo había pisado hasta hora porque creí que sería aterrador

me sorprendí a mí misma subiendo al barco pirata
(¡qué valiente fui!)
donde no había subido nunca por pavor,
y efectivamente no tendría que haber subido
tendría que haber hecho cola en los vikingos para niños
porque no paré de gritar y pasarlo fatal
mientras a mi lado una niña de tres años se petaba de risa
recordamos con nostalgia nuestras atracciones favoritas
la mía el látigo,
por encima de cualquier otra
(¿cuál era vuestra atracción favorita?)
aunque el castillo misterioso me puede
con sus escaleras que suben y bajan a la vez
y el tubo aquel que daba vueltas
daba porque ya no las da
darse cuenta de que ha anochecido
y ver la ciudad y el parque iluminado

subirse sin parar a los autos de choque
y dejar que la cazurrez se apodere de ti
golpeando a todo el mundo sin piedad
hacia delante o marcha atrás
dar vueltas en las cadiretes
(aunque después de las del Tívoli
ningunas me podrán dar ni un poquito de miedo)
o en el carrusel
sin olvidarse de ir a reírse
de uno mismo en los espejos mágicos
o de visitar a los autómatas

y el avión,
cómo no...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lés meves atraccions favorites eren el látigo, i una altra que ara tampoc està: era un gran tobogan que et tiraves amb una espècie de plàstic al cul amb un fre que no funcionava gaire be.
En tot cas, el Tibidabo a guanyat molt amb la botiga del Tibidolç.